Nació en San Miguel del Mezquital, Zac.
(Arquidiócesis de Durango) el 13 de septiembre de 1870.
Párroco de San Pedro Chalchihuites, Zac. (Arquidiócesis de
Durango.)
Celoso sacerdote en todos sus ministerios tuvo especial
dedicación a los jóvenes. Fue para ellos un guía y padre
bondadoso que, de diversas formas les hacía crecer
espiritual y culturalmente y les ayudaba a superarse hasta
en lo material.
Especialmente supo infundir en la
juventud el espíritu de heroísmo cristiano para profesar su
fe. Llegó a ser Asistente Espiritual de la Asociación
Católica de la Juventud Mexicana.
Apenas habían pasado quince días de la supresión del culto
público, ordenada por los Obispos, cuando fue tomado
prisionero. Al comunicarle que los soldados lo buscaban,
dijo: «Que se haga la voluntad de Dios, si El quiere ¡yo
seré uno de los mártires de la Iglesia !». Y al día
siguiente, 15 de agoto de 1926, fue conducido, junto con sus
mas cercanos colaboradores en el apostolado: Manuel Morales,
Salvador Lara y David Roldán militantes de la A.C.J.M., al
lugar conocido como «puerto de Santa Teresa».
El Sr. Cura Batís y Manuel Morales fueron llevados fuera de
la carretera para ser fusilados; entonces el sacerdote
intercedió por su compañero recordándoles, a los verdugos,
que Manuel tenía esposa e hijos. Todo fue inútil y el
párroco, con su característica sonrisa bondadosa, absolvió a
su compañero y le dijo: «Hasta el cielo». Pocos segundos
después se consumaba su martirio en el día de la fiesta de
la Asunción de la Santísima Virgen.
Párroco de San Pedro Chalhuites,
Zacatecas (Arquidiócesis de Durango). Celoso sacerdote en
todos sus ministerios, tuvo especial dedicación a los
jóvenes. Fue para ellos un guía y padre bondadoso que, de
diversas formas les hacía crecer espiritual y culturalmente,
y les ayudaba a superarse hasta en lo material.
Especialmente supo difundir en la juventud el espíritu de
heroísmo cristiano para profesar su fe.
Apenas habían pasado quince días de la
supresión del culto público, ordenada por los Obispos,
cuando fue tomado prisionero. Al comunicarle que los
soldados lo buscaban, dijo: "Que se haga la voluntad de
Dios, si El quiere ¡yo seré uno de los mártires de la
Iglesia!". Y al día siguiente, 15 de agosto de 1926, fue
conducido, junto con sus mas cercanos colaboradores en el
apostolado: Manuel Morales, Salvador Lara y David Roldán, al
lugar conocido como "puerto de Santa Teresa". El Sr. Cura
Batís y Manuel Morales fueron llevados fuera de la carretera
para ser fusilados, entonces el sacerdote intercedió por su
compañero recordándoles, a los verdugos, que Manuel tenía
esposa e hijos.
Todo fue inútil, y el párroco, con su
característica sonrisa bondadosa, absolvió a su compañero y
le dijo: "Hasta el cielo". Pocos segundos después se
consumaba su martirio en el día de la fiesta de la Asunción
de la Santísima Virgen María.
Información
tomada de Santos Mexicanos
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