El 18 de mayo de 1926, nació la Juventud Católica Femenina Mexicana, como una organización para dar respuesta a la crisis que durante esa época vivía México y para despertar en todas las jóvenes el deseo de adquirir una sólida formación.

Dentro de éste ambiente difícil, el Padre Don Miguel Darío Miranda y la señorita Sofía del Valle Güorey, con una gran misión iniciaron los trabajos de esta empresa, junto con otras ocho jóvenes egresadas del Instituto Superior de Cultura Femenina, obra también fundada por la Señorita del Valle.

Tres años después, al crearse la Acción Católica Mexicana, la JCFM fue integrada como una de sus Organizaciones Fundamentales.

   
La JCFM se dirige principalmente a las jóvenes y al ambiente en el que viven: escuela, trabajo , familia, profesión, diversiones, etc.

Llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la juventud y con su influjo, renovar a la joven tratando de convertir al mismo tiempo su conciencia y la actividad en la que ella está comprometida, su vida y ambientes concretos.

La formación integral de militantes es el centro de la actividad de la JCFM, que contempla seis puntos principales:
1. Formación espiritual.
2. Formación para vivir con responsabilidad la comunión eclesial.
3. Formación para el compromiso de presencia en la sociedad humana.
4. Formación doctrinal.
5. Formación para una nueva evangelización.
6. Formación para el testimonio.
Las jóvenes se reúnen semanalmente con la siguiente dinámica:

Oración

Reflexión de la Palabra de Dios

Lectura del acta

Revisión de acuerdos

Varios

Oración final

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