Bajo la inspiración del Concilio Vaticano que pide una formación integral para el apostolado desde la niñez, la ACM buscó los caminos para fortalecer el trabajo que ella venia realizando en favor de los niños y adolescentes.

Bajo la inspiración del Concilio Vaticano que pide una formación integral para el apostolado desde la niñez, la ACM buscó los caminos para fortalecer el trabajo que ella venia realizando en favor de los niños y adolescentes.

La experiencia de sus organizaciones, UFCM, UCM, JCFM y ACJM, que atendían a la niñez y a la adolescencia se sumó para crear un sólo movimiento especializado, con una configuración propia y adecuada, de manera que por si mismo los niños y adolescentes fueran sujetos de su propia organización, es decir, los militantes y dirigentes de ella. Esto indudablemente propiciarla una madurez cristiana desde los primeros años.

Con este anhelo surgió la Acción Católica de Adolescentes y Niños, en el año de 1971, cuando se promulgaron sus bases constructiva. En ese mismo año, fue establecida en Puebla. Por supuesto, ACAN mantiene plena vincu1aci6n con la ACCIÓN CATÓLICA MEXICANA, como parte fundamental que es de ella.

   

El mundo de los niños y adolescentes en su aspecto familiar, sociocultural, recreativo, de Iglesia, de los medios de comunicación.

Evangelizar y santificar a los niños y adolescentes.
Formar cristianamente su conciencia e impulsarlos para que puedan llevar el espíritu del Evangelio a sus diversas comunidades y ambientes.

Ayudar a los niños y adolescentes, desarrollar su personalidad integralmente.

Iniciar a los niños y adolescentes en las actividades apostólicas propias de la edad.

Colaborar con los padres de familia en la formación integral de sus hijos.

Llegar a realizar una pastoral específica de Niños y Adolescentes insertada en la Pastoral Diocesana.

Formar y orientar a los Guías.

Procurar la proyección de la ACAN a todos los Adolescentes y Niños de México, a través
de sus militantes.

INICIO